“A través de mis novelas entiendo el mundo”: Liliana Blum.
Liliana Blum, una autora que se atreve a mirar a la cara los monstruos que habitan en los seres humanos. Su obra, marcada por temas inquietantes, enfrenta al lector a sus más grandes miedos. Hoy les comparto una entrevista con la autora en la que se reflexiona sobre obras como El monstruo pentápodo y Cara de liebre.
Foto de Didier Loza - Cortesía Seix Barral
El ser humano tiene una parte oscura que preferimos ignorar. No es fácil asomarse al abismo para enfrentarse cara a cara a la monstruosidad de nosotros mismos, de aquellos que nos rodean. Sin embargo, la escritura se vuelve una herramienta con la cual explorar lo inexplorable; y Liliana Blum no le tiene miedo a lanzarse al vacío, definitivamente.
Pedofilia, trastornos mentales, asesinas en serie... la obra de la escritora mexicana, que ya cuenta con cinco novelas y nueve relatos, aproximadamente, ha sido descrita por sus lectoras como impactante, incomoda, y si, también necesaria. Ha utilizado su pluma para hacer ficción de la violencia desbordante que aqueja a nuestro mundo, y en el proceso ha llegado a comprenderlo.
En el marco de la Feria del Libro de Bogotá, ¡tuve la oportunidad de entrevistar a Liliana Blum! Muchas gracias Planeta, por esta oportunidad. Aquí la comparto con ustedes.
El tema recurrente de tu obra, el que más exploras, es la maldad humana. En El monstruo pentápodo tenemos a Raymundo Betancour, un hombre aparentemente bueno que termina secuestrando a una niña y encerrándola en su sótano; está clara su maldad. No obstante, en esta obra también tenemos a Aimée, que es buena, pero termina siendo complice de una situación aterradora.
Exacto, como todos. La maldad es como un espectro, todos podemos desfilar en medio, pero también, a veces, con una buena intención, podemos hacer cosas malas y equivocarnos. Parte del problema es cuando no rectificamos a tiempo, como va a pasar con Aimée. En Cara de liebre, tenemos a Irlanda, una maestra de prepa que tiene como 40 y pico (mis personajes van creciendo conmigo) y nació con labio leporino y paladar hendido. Tiene la lesión de la cirugía, una cicatriz, y es una mujer muy guapa, muy inteligente, pero está traumada por este detalle. Creo que con las mujeres a veces es así, la realidad de cómo lucimos no tiene nada que ver con cómo nos manejamos en el mundo, sino más bien nuestra propia percepción. Si tú estás linda, pero te sientes fea, sales al mundo con esa discapacidad y siempre va a haber un depredador que ubica sus víctimas perfectas.
Entonces, como Irlanda no ha tenido como una relación estable, siempre se ha sentido mal consigo misma. Ella sale los fines de semana a un bar lejos de su ciudad, para evitar encontrarse con sus estudiantes; conoce hombres, toman y a veces se lleva a algunos a la cama. Hasta que una vez, sin querer, mata a uno, así es como cae en la categoría de asesina serial. Hasta que en cierto momento secuestra a un hombre y decide que no quiere matarlo si no quedarse con él, con la esperanza de que termine queriéndola. Todo esto hasta un final que es totalmente inesperado. No hablaré de él, pero ya verás.
Es impresionante cómo tus personajes se sienten como seres humanos, tienen sus conflictos con la belleza, con el peligro de cruzar líneas, y eso es algo con lo que podemos sentirnos identificados en nuestra condición humana, incluso cuando no nos gusta. Así que, ¿por qué crees que es importante ahondar en esta parte oscura del ser humano?
Porque todos la tenemos. Me gusta escribir sobre las cosas que me perturban, que me afectan. Por ejemplo, que alguien secuestrara a mis hijos era la peor cosa que me podía pasar, incluso peor que la muerte; de ese miedo nace El monstruo pentápodo. Creo que explorar esas cosas que no entiendo y que me dan miedo es mi forma de controlar los daños a través de mis novelas. En Pandora, tenemos a una mujer obesa que va a romper un matrimonio en apariencia perfecto. Y es que a las mujeres se nos pide juventud, belleza y delgadez. Incluso si es una belleza muy artificial, porque finalmente la base es una lotería genética, y por más cirugías o tratamientos las mujeres llegaremos a viejas, y una mujer que empieza a envejecer se vuelve invisible. Luego está el tema de la soledad. Creo que en especialmente en nuestras culturas se nos inculca de maneras no consientes el miedo a la soledad. Es mejor tener un hombre que te trate mal, aunque no estés feliz, pero no estar sola. Por eso, a veces terminamos en relaciones donde no tendríamos que estar por miedo a la soledad. Mis personajes femeninos luchan con todo esto.
Cuando estás escribiendo, ¿cuál es tu intención a la hora de plasmar una historia?
Es un proceso de escritura más bien personal. Yo nunca pienso en tocar un tema para que los lectores sientan asco o se asusten, si no que juego con los “qué pasaría si...”. En México, ahorita estamos promediando 12 feminicidios, 30 desaparecidas y 100 homicidios al día. Sabemos que podemos salir a la oficina, al mercado, a cualquier hora del día, y no volver. Así que, ¿qué pasaría si los hombres estuvieran en un lugar de vulnerabilidad y fuese una mujer la que, de repente, tuviera el poder de no ser víctima? Resulta que mis lectoras mexicanas, cuando leen Cara de liebre, se ponen de lado de la asesina. Y me escriben diciéndome “¿hay algo mal conmigo?”, y no; yo creo que la literatura es catártica y cuando en nuestra realidad no tenemos justicia, cuando al gobierno no le interesa resolver estos crímenes, se genera un desamparo existencial en las mujeres que de repente se alivia en un libro en el que la mujer no es la víctima, si no la que da miedo.
¿Cómo haces para escribir sobre estos temas y no ver exclusivamente la parte negativa de todos los seres humanos?
Es que si la veo. Yo tengo dos hijos, y cuando eran pequeños me tenía que aventar unos festivales espantosos del Día del Padre, del Día de la Madre, de la Primavera, de la Navidad... para mí era una tortura. En uno de esos estaba esperando a que saliera mi hija a bailar junto con sus compañeras de 6 años, estaban vestidas y maquilladas de una forma muy sexualizada. Yo, aburrida, volteé a mi alrededor y me fijé en la cara de algunos papás viendo a las niñas de una forma en la que no se tienen que ver a las niñas... Entonces yo dije, híjole, nos dan miedo los Raymundo (pedófilo de El monstruo pentápodo) pero lo más perturbador es que por cada Raymundo hay 100 tíos, papás, primos, que van a abusar de los niños y niñas de su familia y que lo más probable es que nadie les va a creer, porque aceptarlo implica tomar acciones que pueden romper la familia. Así que yo no quiero asustar a nadie ni dar una lección, pero toca mostrar estas cosas porque existen. Existen.
Con Irlanda, de Cara de liebre, podemos ver a una mujer atractiva que no se siente así en su interior. Habitamos una sociedad en la que tenemos el discurso del amor propio, pero es más fácil decirlo que llegar a experimentarlo. Con base en tus reflexiones literarias, ¿cómo crees que las mujeres, podemos afrontar a este sistema?
Por más que lo racionalicemos, hay muchas cosas que ya hemos interiorizado inconscientemente. Así que la solución que a mí se me ocurre es tratar de criar a nuestras hijas para que su propósito no sea casarse o soñar con el vestido de novia; si no ver a una pareja como cualquier otro elemento de tu vida. No es lo principal. Es muy importante hablarlo porque a veces, aunque no le digamos “te vas a casar y tener hijos”, en las telenovelas, las series, las películas, está de forma implícita. Entonces yo no digo que se pongan a leer mis obras, pero si empezar a crear una nueva generación de niñas que vengan con otras ideas.
Ya para terminar, ¿qué otras partes del ser humano te gustaría explorar?
Creo que el ser humano es el gran tema. No solo la maldad, si no sus debilidades. Este año salen unos relatos de corte sobrenatural y con mucho humor negro. Hay una vampira que lava sábanas en un hotel y una viejita que invoca al diablo en un asilo de ancianos. Además, estoy trabajando en una novela histórica. La editorial fue la que me planteo este reto y dije vá. Es un género muy interesante porque no hay un grupo de lectores que no necesariamente lee literatura, si no que se acercan a los libros porque enseñan. Me está costando mucho, como tratar de hacer una novedad. Yo no digo que mis novelas sean necesariamente buenas, pero la calidad que yo puedo dar quiero trasladarla a esta historia.
¡Wuau! No conocía de esta autora y la entrevista ha estado muy interesante. Voy a cotillear sus novelas, a ver cual me llevo para leer. Muchas gracias por traer esta entrevista :)
ResponderBorrarY espero que pases una bonita semana, un saludo,