BookTag: Manías Lectoras.

¡Hola, hola, viajeros! Espero que estén teniendo un inicio de fin de semana increíble y aprovechen del tiempo libre para adelantar lecturas y, por supuesto, descansar. Yo estoy en la Universidad recién salida de mi clase de Francés y me dispongo a realizar algunos otros trabajos, porque la próxima semana es de parciales y voy a estar a tope, pero me consuela que he leído demasiado este mes gracias a #ELdVChallenge, ya casi verán el Wrap Up y creo que todos estaremos sorprendidos de la cantidad de lecturas que tuve, y en su mayoría fueron muy buenas, además, por Instagram estoy participando en otra dinámica llamada Adopta a un Booktuber y estamos leyendo Nosotras de Rosa Montero y ufff, estoy amando ese libro. Y ustedes ¿cómo van con sus lecturas?

Así que hoy, les traigo un BookTag muy divertido que tenía apuntado hace un tiempo porque alguien me nomino pero hay un problema... no tengo ni idea de quien, estuve revisando pero no llegué a la persona que me nomino así que vamos a hacer el Tag así, eso lo complica un poco porque la segunda parte del Tag es reaccionar a las manías de la persona que te etiqueto y si coinciden o no, pero como yo no recuerdo a esa persona, pues nos vamos a saltar esa parte. El BookTag consiste en básicamente contarles esos hábitos y manías relacionadas a mi vida como lectora en general, fue bastante divertido pensarlas y ya me contarán ustedes si se sienten identificados con alguna. ¡Empecemos!

Siempre he pensado que es muy hermoso la diferencia que hay entre un libro nuevo en una librería, y un libro que ha llegado a un hogar y ahora pertenece a alguien. Cuando estoy en mi casa, siempre me verán con un lapiz y post-its al lado, me encanta que cuando organizo las estanterías o me da por hojear un libro, están ahí las anotaciones que hice en el momento en el que leí la historia, siento que es como devolverme en el tiempo y verme a mi desde afuera, algunas anotaciones no tengo ni idea de porque las hice y me demuestran lo mucho que he cambiado, con otras mis pensamientos se mantienen intactos, y esta experiencia me fascina.

Creo que ya perdí la cuenta de cuantas miradas extrañadas he recibido cuando cogo un libro y lo leo, y es que ¡me encanta su olor! y es que antes de leer si quiera la sinopsis, lo huelo, no se porque razón lo hago más allá de que siento que es un olor que trae a mi memoria recuerdos muy hermosos, de experiencias lectoras que me llenan el corazón y que espero repetir cada vez que tengo un nuevo libro en mis manos.

La mayoría del tiempo leo mentalmente, sin embargo, cuando estoy en mi cuarto, me gusta bastante leer en voz alta. Son varias las razones por las que hago esto además de que me concentro mucho más, ya que es menos probable que mi cerebro se vaya a pensar en otras cosas cuando todos mis sentidos los tengo dispuestos en la lectura que estoy leyendo, además, siento que practico mi fluidez verbal, ya que soy una persona que habla muy rápido y muchas veces me han dicho que no se me entiende, pero el leer en voz alta es un ejercicio que me ayuda a gesticular y mejorar esa parte.

Se y conozco a muchas personas que por nada del mundo prestan sus libros, sin embargo, a mi si que me gusta hacerlo. Claramente no le voy a prestar mis libros a una persona que se que no lo va a leer o que veo que no es cuidadosa ni con sus propias cosas, y ya me ha sucedido un par de veces que me devuelven los libros en un estado que... Dios, para llorar. Sin embargo, me agrada la parte de permitirle a otra persona descubrir un mundo que en algún momento me hizo feliz a mi, me encanta tener la oportunidad después de hablar sobre él con esa persona y ha sido muy gratificante cuando me agradecen por la lectura y se motivan a hacer muchas más. Por lo que son más las ventajas que desventajas que veo de prestar libros.

Yo solía leer mucho de noche, sin embargo, desde que empecé la universidad, llegó a mi casa rendida y solo quiero comer y acostarme a dormir, por lo que el cuerpo no me da para quedarme leyendo hasta la madrugada como era un habito para mi hacerlo. Así que como paso casi tres horas diarias en transporte público, y aprovechando que no me mareo tanto como suele suceder, es un tiempo que dedico a leer y que siento que le saco ventaja, ya que realmente avanzo y se me pasa volando el trayecto que, como pueden leer, es algo largo.

Últimamente, desde que he tenido más oportunidades de ir a Bibliotecas y sacar libros, he descubierto un encanto que se iguala al de comprar los libros, y es que creo que uno de los problemas que tenemos como lectores es que acumulamos y acumulamos historias a tal punto que no hay espacio donde ponerlas, o por otro lado está el gran obstáculo de no tener dinero para adquirir historias, y creo que son dos inconvenientes que se pueden solucionar sacandole provecho a las Bibliotecas, son espacios maravillosos que van a quitar de nuestra mente varias excusas y podremos seguir disfrutando del placer de leer.

Son muy pocas veces las que he hecho esto, y han sido ocasiones en las que me ha ido bien porque son libros de dos géneros totalmente diferentes, pero la verdad es que no me gusta mucho hacerlo. Disfruto más de darle el tiempo a una historia de formar parte de mi día y día y dedicarle el tiempo que se merece, además de que siempre termino con un libro encima de mi mesita de noche esperando a ser leído y eso de empezar una historia y no terminarla y dejar pasar el tiempo después de haber leído unas cuantas páginas de ella, no es que me agrade demasiado.

Algo muy retador para mí es hacer reseñas, siempre quiero traer argumentos válidos y tener el respeto que cada libro se merece al dar mi opinión de una manera sincera y objetiva, sin embargo, va pasando el tiempo y son tantas las historias que tengo en mi mente que termino por confundirme con personajes, historias e impresiones... Y es ahí donde llega Goodreads a salvarme la vida, en serio que si no lo tuviese, no se como haría para organizarme para hacer las reseñas, es una aplicación indispensable para mi.

¡Amo con locura todas las cositas que sacan de historias literarias! Collares, manillas, medias, fundas, pines, separadores... todo me encanta, y a pesar de que no tengo tantas porque bueno, el dinero, si que he ido acumulando algunas que amo y siento que tienen algo mucho más especial al ser objetos físicos que te recuerdan historias fantásticas, definitivamente me declaro fan.

Como les contaba anteriormente, con la nueva rutina en mi vida ya me es más complicado leer de noche, sin embargo, hay un habito que adquirí y que no ha desaparecido y es el de leer en la noche, tal vez no sean las 100 páginas de tiron, pero si al menos 5 o 10, me ayuda a conciliar más fácil el sueño y, si hacemos cuentas, avanzo en mis lecturas sin siquiera darme cuenta.

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¡Y terminamos por hoy! Disfruté mucho de hacer este post porque era más que todo hablar de esas cosas de las que no es común hacerlo, creo que unas cuantas ya las sabían pero hay varias que nunca había mencionado... Quiero que me cuenten en los comentarios que manías o habitos compartimos y cuál fue el punto que más raro les pareció. Ya quiero saber sus opiniones a ver si no estoy sola en todas estas cositas extrañas literarias. Y si alguno se quiere animar a hacer el Tag ¡me envía el link!