Reseña: El murmullo de las abejas de Sofía Segovia.
Autoconclusivo - Realismo mágico - 490 páginas - 2015
En Linares, al norte del país,
con la Revolución mexicana
como telón de fondo...
Un buen día, la vieja nana de la familia abandona sorpresivamente un reposo que parecía eterno para perderse en el monte. Cuando la encuentran, sostiene dos pequeños bultos, uno en cada brazo: de un lado un bebé misterioso y del otro un panal de abejas. Ante la insistencia de la nana por conservar y cuidar al pequeño, la familia Morales decide adoptarlo.
Cubierto por el manto vivo de abejas que lo acompañarán y guiarán por siempre, Simonopio llega a cambiar la historia de la familia que lo acoge y la de toda una región. Para lograrlo, deberá enfrentar sus miedos, al enemigo que los acecha y las grandes amenazas de la guerra: la influenza española y los enfrentamientos entre los que desean la tierra ajena y los que protegerán su propiedad a toda costa.
El murmullo de las abejas huele a lavanda, a ropa hervida con jabón blanco, a naranjas y miel: una historia impredecible de amor y de entrega por una familia, por la vida, por la tierra y por un hermano al que se ha esperado siempre, pero también, la de una traición que puede acabarlo todo.
Usualmente, cuando hago una relectura vuelvo a las reseñas que he hecho de esos libros para ver qué pensaba la Sofía que leyó ese libro en mi pasado, pero decido no alterarlas, se mantienen de esa manera y, en otros espacios, como los Wrap Ups de YouTube, les actualizo mi experiencia de lectura. Sin embargo, con El murmullo de las abejas la historia es distinta: entre la primera y la segunda vez que leí esta novela no pasó mucho tiempo. Y en la primera lectura no me sentí lista para escribir sobre este libro (ya saben, el peso de hablar de aquello que te enamoró) y hoy, meses después de haberlo leído por segunda vez en mi Club de Lectura y de poder HABLAR CON SOFÍA SEGOVIA (¡Si! ¡Aún no lo puedo creer!), vamos a intentar organizar mis pensamientos sobre esta historia.
“Diles que caminen por la sombra. Que escuchen con los ojos, que vean con la piel y que sientan con los oídos, porque la vida nos habla a todos y sólo debemos saber y querer escucharla, verla, sentirla.”
El murmullo de las abejas comienza en una tarde en la que Nana Reja, la más anciana de la familia Morales y una mujer que ha criado a varias de sus generaciones, se levantó de su mecedora, la cual nunca abandonaba. Por ninguna razón. Después de buscarla por muchos lugares del pueblo y sus alrededores, la encuentran en lo alto de una montaña (¿cómo subió ahí? ¡su cuerpo ya es viejo!) arrullando a un bebé que parece que lo besó el diablo - tiene labio leporino - y que es imposible que este vivo en medio de tantas abejas que revolotean a su alrededor.
La familia morales va a acoger a este bebé a pesar de las supersticiones de diferentes personas en la casa. Simonopio, un niño que no habla como se esperaría, pero si tiene una conexión especial con las abejas, la naturaleza, y, claro que sí, con cada miembro de la familia, se va a convertir en nuestro testigo para descubrir la historia de los Morales. Hacendados, dueños de fincas, enfrentan reformas agrarias en México y un lugar que, a costa de alcanzar el anhelado progreso, cambia de manera vertiginosa y el futuro dirá si para bien.
“Entendiendo por primera vez quizá, y de primera mano, el verdadero significado de la muerte: que no hay marcha atrás y que lo que no se dijo a tiempo, jamás se dirá.”
Este libro tiene olores: huele a miel y a naranjas. Es una historia sensorial, que puedes disfrutar con cada uno de tus sentidos. La pluma de Sofía Segovia es mágica, sus descripciones nos llevan a conocer hechos reales de la historia de México y la tensión constante entre campo y ciudad; pero al mismo tiempo nos envuelve en un realismo mágico protagonizado por personajes como Simonopio que otorgan a El murmullo de las abejas en algo especial. No es ficción histórica en todo su esplendor; tampoco podemos catalogarlo propiamente en el realismo mágico. Es la historia de una familia con grandes complejidades y fantasías que nos abren la puerta de su casa y nos invitan a reir y llorar con ellos.
De mis personajes favoritos está, por supuesto, Simonopio. Ha sido de los personajes más entrañables y peculiares de la vida. Su llegada a la familia Morales, aunque abrupta e indeseada, se convierte en la ventana del alma de cada uno de sus integrantes. Entre estos, se encuentra Beatriz, una mujer impresionante, berraca e increíble; carga a cuestas el peso de que su familia no se destruya. Aunque aparentemente implacable y radical, sus manos son el sosten de toda su familia. Además, esta Francisco junior, que nos permite ver otra cara de Simonopio al desarrollar con él una amistad maravillosa.
Eso sí, es un libro que no se encuentra excento de sufrimiento. No olvidemos que el telón de fondo es la Revolución méxicana, y este conflicto generará la consecuencia más obvia de todo conflicto de este nivel: la muerte. No obstante, la pluma de Sofía es de esas que te envuelven y protegen tal y como hacían las abejas con Simonopio. Y aunque tu corazón se rompa en mil pedazos, siempre queda el placer de la buena escritura.
¡Hola! Me interesa el tema de la Revolución Mexicana pero creo que no es la clase de libro que me apetece ahora mismo así que seguramente lo deje pasar. Un besote :)
ResponderBorrarParece mi tipo de libro. Gracias por la reseña. Te mando un beso.
ResponderBorrarHolaaa
ResponderBorrarNo lo he leído, pero me alegra que te encantara :D
Besitos ^^
Hola!! un tipo de libro de los cuales no estoy acostumbrada pero que por como reseñas suena bastante bien.
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